8/20/2005

Del amor a otros demonios.

Estoy leyendo La Materia Oscura, una trilogía de novelas para niños escrita por Philip Pullman. Cuando un esnobista como yo decide leer literatura infantil de fantasía, hay gato encerrado.
  1. Pese a que las novelas de Harry Potter pintan un mundo secular y moderno como el que avizoraba Weber, y pese a que, ya se sabe, me declaro enemigo de la alta cultura, no consigo deshacerme del desagrado que me produce la popularidad de los libros de J. K. Rowling: leer a la competencia me resulta, por el contrario, sumamente atractivo.
  2. La trilogía de Pullman se ha ganado la enemistad de la Iglesia Católica, incentivo suficiente para generar mi interés: en un artículo reciente, el Catholic Herald aseveró que la obra de Pullman es "más merecedora de la hoguera" que Harry Potter. Si en el mundo de J. K. Rowling no hay religión, en el de Pullman sí que la hay, y es un verdadero desastre.
  3. El tercer libro de la trilogía, El Catalejo Lacado, recibió el prestigioso premio Whitbread a la mejor novela británica del 2001, la primera vez que un libro de literatura infantil obtiene dicho premio.
Acabo de terminar el primer libro, Luces del Norte. Pullman describe un mundo en el que las personas tienen demonios que les acompañan todo el tiempo. (Dicho mundo resulta ser uno de una gran variedad de mundos posibles, todos ellos conectados de una manera misteriosa.) Los demonios de los niños pueden asumir distintas formas animales, y llegada la pubertad comienzan a adquirir una de dichas formas de manera permanente. La Iglesia, en el mundo de Pullman como en el nuestro, tiene una fascinación enfermiza y peculiar con el pecado original. Y justamente como la antigua Iglesia castradora de niños (para la gloria de los oídos de Dios), la Iglesia en el mundo de Pullman tiene incentivos para separar a los niños de sus demonios antes de que la pubertad les contamine con el pecado original.

Las referencias al Paraíso Perdido de Milton, a la filosofía del interesantísimo David Lewis, a la penosa historia de la Iglesia Católica, le suman interés al libro. No deja de ser una novela de literatura infantil, pero es el tipo de literatura infantil que a mí me gustaría que mis hijos leyeran. En resumen, muy interesante el primer librito de la trilogía.