4/21/2005
4/12/2005
El premio internacional Man-Booker
- Margaret Atwood
- Saul Bellow
- Gabriel García Márquez
- Günter Grass
- Ismail Kadare
- Milan Kundera
- Stanislaw Lem
- Doris Lessing
- Ian McEwan
- Naguib Mahfouz
- Tomás Eloy Martínez
- Kenzaburo Oe
- Cynthia Ozick
- Philip Roth
- Muriel Spark
- Antonio Tabucchi
- John Updike
- A.B. Yehoshua
4/11/2005
4/09/2005
Temprano en la mañana.
Anoche, Kim y yo estuvimos leyendo poemas juntos, y hoy por la mañana sigue persiguiéndome la traviesa imagen del doctor Williams escribiendo un poema en su clínica, temprano en la mañana, tras espiar por la ventana a una transeúnte desconocida.
Una mujer negra
llevando un ramo de clavelones
envueltos
en un viejo periódico:
los lleva rectos,
con la cabeza descubierta,
el volumen
de sus muslos
haciéndola balancearse
conforme avanza
mirando
la vitrina de una tienda
que queda en su camino.
Qué es ella
sino una embajadora
de otro mundo
un mundo de lindos clavelones
de dos tonos
que ella anuncia
sin saber lo que hace
más
que caminar por las calles
sosteniendo las flores rectas
como una antorcha
tan temprano en la mañana.
William Carlos Williams - Estados Unidos - 1883-1963 - De la antología Cuadros de Brueghel y otros poemas (New Directions Book, 1962). Versión libre de Luis Chaves.
4/07/2005
Mes nacional de la poesía.
Para celebrarlo, una receta de Benedetti:
Defender la alegría.
Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas
defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos
defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias
defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres
defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa
defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
y también de la alegría.
-Mario Benedetti.A K. le gusta imaginar al Dr. William Carlos Williams escribiendo poemas en su block de recetas. Aunque los poemas de Williams son muy diferentes de los de Benedetti, la idea de la poesía como prescripción médica me hizo pensar en este poema.
4/04/2005
¿Producto de la era moderna?
Patrick Nielsen Hayden escribe:
Un buen número de católicos, incluidos algunos católicos en altos puestos, están en desacuerdo con la idea de que el autoritarismo contemporáneo de la Iglesia Católica sea una característica inherente de la naturaleza y el propósito de la jerarquía eclesiástica. Muchos de ellos subrayan que las dictaduras papales como la de Juan Pablo II y sus predecesores recientes es, de hecho, una creación de la era moderna. Algunos apuntarían que, en el pasado, los obispos eran elegidos, o bien escogidos por las autoridades locales, en lugar de seleccionados por Roma.¡Fascinante! Así que sí se le puede pedir peras a los olmos, al final de cuentas. Me pregunto que diría la Luchy de este asunto. Por de pronto, le preguntaré a Patrick qué quiere decir él con la era moderna. ¿Acaso la modernidad de la Ilustración? Lo dudo.
Nota: Encontré este interesante artículo del teólogo católico Hans Küng.
La muerte del papa.
Los canales de noticias cubrieron la agonía del papa con el riguroso morbo que los caracteriza. En Estados Unidos, tras la muerte de Terri Schiavo, la agonía y muerte del papa han servido de supuesto contraste moral. Los medios de comunicación repiten el mensaje de que el papa nos está dejando una lección sobre cómo morir, una respuesta a la muerte indigna de Terri Schiavo. Dicho mensaje es sumamente extraño, tomando en cuenta que el papa rechazó ir al hospital en dos ocasiones durante su agonía, con el fin de poder morir en paz, en el sitio de su elección, poniendo sus asuntos humanos en orden antes de partir. "Se lo ve tan sereno", ha dicho Fafnir pocas horas antes de la muerte del pontífice. A lo que Giblets, enemigo eterno del papa, ha respondido: "Sí, todos ellos están serenos en el fin: es parte del ciclo de vida de los papas". Es justamente la serenidad ante la muerte lo que a mí me conmueve, no la imposición moralista de la "cultura de la vida".
Yo no soy religioso, ni mucho menos católico (simpatizo mucho más con el universalismo unitario y con ciertas vertientes del judaísmo y el budismo), pero si lo fuera, estaría en la misma situación que la de Jo(e), quien se queja de la rigidez de la estructura jerárquica de la Iglesia. Las ovejas que desaprueban de los dictámenes del patriarcado no tienen voz ni voto en la Iglesia. Al final de cuentas es el papa quien ha elegido a prácticamente todos los cardenales que eligirán a su sucesor. Y ciertamente los cambios no ocurren con celeridad en la institución que esperó varios siglos para pedirle perdón a Galileo. La Iglesia no cambia, pero el mundo sí está cambiando, y en consecuencia el centro de gravedad de la comunidad católica se ha ido desplazando a Latinoamérica. Ojalá que la Iglesia continue haciendo bien las cosas que ha hecho bien. Pedir que abandone su mojigatería, su aversión a los condones, su machismo, etc., es pedirle peras al olmo.
4/01/2005
Imagen especular de Google.
Como buen geómetra, me complace encontrar simetrías en el mundo. He aquí Google al revés.