3/30/2005

EEUU vs. Europa.

Vía Roger Colom, del blog Libro de notas, encontré este artículo de Michael Ventura. En mi parecer, pero ya se sabe que soy un gruñón antipático, Ventura está delirando cuando concluye:

Los Estados Unidos ocupan el primer lugar en el mundo solamente en armamento, consumismo, deuda y autoengaño.

Para nuestra fortuna, Ventura no es el único crítico del proyecto norteamericano. Hace un mes y medio apareció este intersante ensayo de Tony Judt en el New York Review of Books. Judt se lució en una mesa redonda en Urbana hace más o menos un año (en la que también participó la asesora de K.), y desde entonces yo le sigo la huella con atención.

¿Qué tan rico eres?

Ingresa tu salario anual en este instrumento virtual, y descubre cuán mal está el mundo.

3/29/2005

Uno de mis blogs favoritos.

Es una lástima que sea en inglés, pero vale la pena recomendarlo. Jo(e) escribe divertidísimas anécdotas de su vida familiar. A mí me encanta cómo llama a sus hijos Boy in Black, Shaggy Hair, y With-a-Why.

Google está loco.

Tal parece que si uno busca experimento psicológico en Google, este humilde diario resulta ser el sitio más relevante. Ofrezco disculpas de antemano a quienes, en busca de referencias virtuales sobre psicología, tropiecen con esta página.

Lingüística descriptiva vs. "lingüística normativa".

A raíz de mis quejas sobre la relativa pobreza de la blogosfera hispanoparlante (o hispanógrafa, como me dio en llamarla), decidí darme a la tarea de explorarla con más detenimiento. Me gustó mucho leer este blog recién nacido, aunque se me puede acusar de no ser del todo imparcial. Y fue justamente mediante un blog que hallé el artículo de Pedro Miguel sobre el caso de Terri Schiavo. Finalmente, en los comentarios de otro blog encontré una discusión sobre lo que algunos llaman "lingüística normativa", la cual fuera calificada de "ciencia" por uno de los participantes. He aquí lo que dicho participante dijo:

a) La lingüística es la ciencia que estudia el lenguaje humano. Al igual que cualquier otra ciencia, utiliza herramientas teóricas y se apoya en otras disciplinas para acometer dicho estudio. Rechazar la normativa lingüística, aunque sea en parte, es tanto como contradecir el teorema de Pitágoras o la teoría de la relatividad. Oponerse a la gramática del idioma es comparable a declararse contrario a las matemáticas; es decir, significa adoptar una actitud acientífica.

b) Es un gran despropósito relativizar la corrección o la incorrección de una palabra, giro o expresión cuando existe una norma al respecto, y no digamos acomodar el dictamen a la opinión de mucha o poca gente. Este criterio, no hace falta decirlo, es totalmente contrario al rigor y al método científico...
Y yo no pude contenerme. He aquí lo que escribí:
La lingüística normativa, sea cual sea vuestra opinión de su utilidad, no es una ciencia. ¿Cuáles son los problemas lingüísticos que la lingüística normativa describe o modela? ¿Qué explicaciones produce la lingüística normativa? La lingüística normativa produce convenciones. ¿Explicaciones? Ninguna. A menos que se pretenda que a la repetición autoritaria de las convenciones preferidas se la vea como un intento por proveer una descripción "científica" del por qué de dichas convenciones. Pero ello, por supuesto, es ridículo.

Por cierto, la relación entre la gramática y la lengua (cualquier lengua) es sumamente más complicada que la relación entre los teoremas y la matemática. Aseverar que dichas relaciones son isomorfas delata profunda ignorancia de al menos uno de los dos temas relevantes.

Una cosa que me agrada mucho de la sociedad norteamericana es que no tiene ninguna pinche Academia de lingüistas normativos, mucho menos una con aires de realeza. Además, dudo que alguien que diga que su interés académico o científico es la popularización de normas lingüísticas eternas pueda conseguir trabajo como lingüista en una universidad norteamericana. Por supuesto, ello no ha supesto la debacle del inglés en norteamérica, ni nada por el estilo. (Hablo de norteamérica simplemente porque aquí vivo, no porque sepa cuál es la situación de los lingüistas en España o en América Latina.)

Las convenciones gramaticales no necesitan de guardianes celosos y pre-científicos. Siempre hay abundantes procesos que regulan dichas convenciones sin necesidad de ingeniería cultural de ningún tipo. Se podría decir que los lingüistas normativos son inútiles consultores de estilística que la sociedad hispanoparlante, en su fascinación inexplicable por la realeza y la propiedad, ubica en una posición de autoridad sobre un fenómeno que no comprenden.
Para mi buena fortuna, mi pequeña erupción fue recibida con simpatía por alguien con toda la pinta de ser lingüista. Por lo demás, el contraste de actitudes es muy interesante, y ocurre con frecuencia en las humanidades. Por ejemplo, en el mundo de la crítica literaria hay una vertiente retrógrada y clasicista, según la cual el propósito de la crítica es la identificación de las cualidades estéticas "universales", "eternas", que supuestamente dan cuenta de la superioridad de Shakespeare sobre cualquiera otro dramaturgo. En el otro campo está la gente que procura estudiar a la literatura como producto y agente cultural e histórico. La gente en dicho campo tiene una actitud mucho más científica, por supuesto: mientras los ingenuos clasicistas insisten en pensar que la posición que Shakespeare ocupa en el cánon literario es el producto de su incuestionable superioridad artística, los nuevos historicistas han rendido detallada cuenta del ascenso de Shakespeare en la cultura angloparlante, y por supuesto dicho ascenso no ocurrió en un mercado libre literario. Además, lejos de interesarse en la recitación de las virtudes estéticas de los textos canónicos, los nuevos historicistas se plantean genuinos problemas intelectuales, problemas que involucran todas las cosas que según los clasicistas son irrelevantes a la hora de juzgar la calidad de Shakespeare o Cervantes. Si a la literatura se la entiende como un vehículo para comprender la historia de la cultura, poco importa si Shakespeare es mejor que Chaucer, o viceversa.

Por alguna razón que no me puedo explicar, yo estoy suscrito a una lista de la Universidad del Valle, y recibo numerosos mensajes explicando por qué ciertas expresiones son "incorrectas". Las explicaciones proveídas suelen basarse en criterios que simplemente no funcionan en general. Uno de estos días voy a sentarme a escribir una crítica, desde la perspectiva de la lingüística científica (la descriptiva), de alguna de las tonterías que recibo en mi buzón electrónico. Que conste que no digo que nuestros lingüistas normativos no tengan un estilo impecable. ¡Lo que ocurre es que no entienden ni papalina de lingüística!

Treinta años.

Kim celebró ayer sus treinta con el primer día de la primavera. Recibió cariñosas llamadas telefónicas y lindas postales virtuales, y tuvo la buena fortuna de no tener que dar clases. Eso sí, vinieron a cenar dos de sus ex-alumnas, así que cocinamos un maravilloso banquete para quedar bien. Lo mejor del caso es que cocinamos en las ollas enormes que nos regalaron los padres de K., y ahora tenemos sobras para el resto de la semana. El menú para la semana: ensalada de tomates asados y pan asado con salsa de chipotle; ensalada de nectarinas; couscous con lentejas; arroz basmati; curry de garbanzos y patatas; sangría. Hm. Delicioso.

3/26/2005

Muerte con dignidad.

El triste caso de Terri Schiavo se ha transformado en un circo político sin precedente en la historia norteamericana: es la primera vez que el congreso pasa una ley con la intención de interferir en un caso jurídico particular. Hilzoy, del blog Obsidian Wings, provee abundante información y excelentes comentarios sobre el caso. Algunos periodistas internacionales, como este señor, ofuscan más de lo que informan, pero siempre se puede contar con el buen tino de Pedro Miguel, que se luce con esta columna. (Por cierto, es triste leer los comentarios en el blog mediante el cual enlacé con el artículo de Pedro Miguel.)

3/25/2005

¿Cantinflas en Guatemala?

No sabía yo que Mr. Rumsfeld estaba de visita en el país de la eterna primavera. Mr. Rumsfeld ha generado citas memorables, como las siguientes:

"Yo no diría que el futuro es necesariamente menos predecible que el pasado. Pienso que el pasado no era tan predecible cuando comenzó."

"No sabemos de conocimiento cierto si él [Osama bin Laden] está en Afganistán, en algún otro país, o muerto."

"La muerte tiene la tendencia de promover una visión deprimente de la guerra."

"Yo creo lo que dije ayer. Bueno, no sé qué dije ayer, pero sé lo que pienso y, bueno, asumo que es lo que dije ayer."

"La ausencia de evidencia no es evidencia de ausencia" (en referencia a las "armas de destrucción masiva" en Irak).

"Los reportes de que algo no ha ocurrido siempre son interesantes para mí, porque como sabemos, hay cosas conocidas conocidas; hay cosas que sabemos que sabemos. También sabemos que hay incógnitas conocidas; esto es, hay cosas que sabemos que no sabemos. Pero también hay incógnitas desconocidas, las que no sabemos que no sabemos."

"Bueno, eh, ustedes saben, algo no es bueno ni malo pero pensarlo lo hace serlo, como dijo Shakespeare."

¿Qué hacer con el diario?

Cuando decidí empezar este humilde diario, no sospeché que el ejercicio de la pluma virtual sería el reto que ha resultado ser. Creo que hay varias razones que dan cuenta de las dificultades en las que me he visto.

  1. Escribir en español me es, hoy en día, mucho más difícil que escribir en inglés. Es curioso, pero cometo errores con mucho mayor frecuencia, y cada vez que intento escribir una oración coherente, me sobreviene la sensación de que estoy asesinando la gramática, y al mismo tiempo renunciando a la riqueza descriptiva a la que todo escribiente aspira.
  2. Los diarios virtuales, llamados blogs en el versátil idioma que ha conquistado mis simpatías, suelen ser experimentos intertextuales (otro feo modismo del que Borges desaprobaría): es decir, la mayoría de los blogs contienen referencias a otros blogs, así como enlaces a noticias en la prensa virtual. De tal manera que el autor del diario virtual, lejos de entregarse a la tarea cotidiana de la invención literaria, se da el lujo de responder a lo que otros participantes de la comunidad virtual dicen en sus blogs, o a lo que las noticias nos informan. ¡Cuánto más fácil es responder a otros textos de lo que es escribir notas sin referencias a terceros! La blogosfera anglógrafa es una comunidad vibrante y enorme, y su riqueza genera conversaciones inteligentes, estúpidas, altisonantes, campechanas, de todos colores y sabores, a granel. En español, yo conozco muy pocos diarios virtuales que merezca la pena citar.
  3. A mí me gusta la literatura, es cierto, pero no tengo aspiraciones de literato, ni albergo ilusiones sobre la calidad de mi escritura. Mi mundo no es el de la lengua y sus vericuetos, sino el mundo de las ideas: la filosofía, la lingüística, las ciencias naturales y sociales, la política. Pero es difícil hablar de todas estas cosas cuando no hay enlaces apropiados en línea de los cuales valerse para decir justamente lo que uno quiere decir, sin necesidad de escribir una disertación preliminar. Digamos que me gustaría decir algo sobre el concepto de justicia según Rawls. ¿A qué página virtual en español hago referencia? ¿Dónde están las conversaciones sobre teoría política en la red virtual hispanógrafa?
  4. Hay diarios virtuales que registran la vida cotidiana familiar, y la verdad es que algunos son fabulosos. A juzgar por los que yo leo, una característica común los hace particularmente agradables: hay niños. Es imposible escribir anécdotas placenteras sobre la vida cotidiana de un geómetra errante, medio esnob, dedicado a los bizantinismos de la matemática, cuyo entretenimiento favorito es la filosofía.
En fin, lo que menos me interesa es recuperar la destreza en el español. Tampoco me interesa escribir a tientas, preocupado por cuestiones de estilística. Quisiera escribir sobre la vida cotidiana, pero no hay mucho que contar, sobre todo en estos tiempos en que me dedico únicamente a la investigación de las propiedades de los espacios de Nakano. Así que no me queda sino escribir las cursilerías que salgan, en espera de que el hábito ablande a mi audiencia, y que poco a poco se convierta el diario en vehículo de cariño cotidiano, disfrazado de insulto a la elegancia de la lengua española.

3/24/2005

Voces infantiles.

Lo más memorable de la visita a Kentucky fue escuchar una grabación con la vocecita infantil de K. de cuando tenía cinco abriles. Descubrí que la niña tenía dificultades pronunciando las erres y que se había memorizado varios poemas antes de aprender a leer. A K. no le gustan los poemas que su mamá le enseñó, pero no deja de ser impresionante escucharla recitarlos sin ningún problema. K. y yo hemos decidido que cuando tengamos niños, nuestro poeta infantil será García Lorca, cuya poesía para niños tiene buenas traducciones al inglés, y suena maravillosa en español. Yo recuerdo haber aprendido el poema de la mano derecha y la izquierda, de Miguel A. Príncipe, gracias a Mammina y a Mamá. Lo malo es que la rima es difícil de traducir. ¿Qué otra poesía infantil merece la pena rescatar?

3/23/2005

De vuelta.

Estamos de vuelta de nuestra breve visita a Kentucky. Visitamos una comunidad Shaker, fuimos a una iglesia bautista el domingo, y escuchamos la versión conservadora sureña de la guerra civil norteamericana, articulada por el padre de K. Regresamos cargados de regalos y herencias, y exhaustos por la tensión de las diferencias ideológicas y religiosas.

3/20/2005

Querido Alex:

"A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero
."

-Miguel Hernández.

Hace mucho tiempo que no charlamos, hermano. Desde el triste día en que me enteré de tu partida vengo librando una batalla cotidiana contra el olvido. Me paso largo rato buscando las palabras apropiadas para describirte, pero la sensación de alivio que sobreviene cuando lo consigo es efímera, porque no me basta recordarte en abstracto. Es por ello que prefiero recordar viñetas de nuestra amistad, ejercicio que requiere de profundo silencio y de concentración zen, porque no me conformo con recordar fórmulas. A veces no puedo decidir quién de los dos dijo qué, y esa confusión me consuela, porque me gusta creer que parte tuya subsiste en mí.

Los primeros meses fueron particularmente difíciles, porque todos los domingos sentía el impulso condicionado de marcar tu número de teléfono para contarte, porque nadie más lo hubiera comprendido, lo mucho que me dolía tu ausencia. Me sigue doliendo no poder ver tu rostro inteligente, no vivir esas conversaciones ingeniosas que nos hacían reir a ráfagas de afecto. Extraño escuchar tus preocupaciones tan humanas, percibir tu sensibilidad incorruptible, maravillarme ante tu constante y apasionada fe en los demás, admirar tu devoción a la comunidad. Me haces falta, grandísimo cronopio.

3/18/2005

Inspirado.

No a causa de la venida de la primavera, sino de haber escuchado un programa sobre el movimiento por los derechos civiles en los Estados Unidos. Escuchar las sonoras voces de los mártires que lucharon por la igualdad racial en este país es una experiencia profundamente conmovedora.

3/17/2005

A la espera de la primavera.

El frío del invierno aún está con nosotros, pero el aroma de la primavera ya está anunciando que la alegría está a la vuelta de la esquina. Todos los años el calendario nos regala dos semanas paradisíacas en las que las calles de Urbana se visten de fiesta. Los árboles recuperan su vestimenta y los jóvenes la pierden, y todo conspira para que Cupido produzca más amor en este mundo que tanto lo necesita.

La proliferación de las bombas de tiempo.

Como a la administración del imperio le ha dado por legalizar ciertas formas de abuso de prisioneros, algunos de sus leales partidarios republicanos han estado muy activos generando apologías de la tortura como método de extracción de información. El típico argumento involucra una bomba de tiempo que va a explotar en alguna ciudad importante, así como el conocimiento perfecto de que la persona que uno ha capturado tiene información que le permitirá a los agentes de seguridad salvar a la ciudad. Por supuesto, nuestros civilizados y magnánimos republicanos están preocupadísimos de qué le pasaría al héroe de su película de acción, sea éste Schwarzenegger, Stallone, o cualquiera otro de sus descomunales actores, de ser el caso que, tras cumplir con su deber de torturar al prisionero y salvar Chicago o Nueva York en consecuencia, se viera el protagonista acusado de tortura.

Por el otro lado, les importa muy poco la posibilidad de que la legalización de formas particulares de abuso de prisioneros genere violaciones sistemáticas de los derechos humanos. Al final de cuentas, según ellos, sólo terroristas van a tener que vérselas con la inmaculada justicia norteamericana, cuya credibilidad es incontrovertible cuando en las manos de Schwarzenegger y Stallone, no así en las manos de uno de esos jueces activistas (o terroristas, según algunos) que buscan la legalización del matrimonio gay.

Tampoco se les ocurre, a nuestros muy brillantes apologistas de la tortura, que Schwarzenegger, Stallone , y hasta Perico de los Palotes, estarían dispuestos a sacrificar su vida, no digamos ir al bote, si se trata de salvar Chicago o Nueva York. Les parece importantísimo absolver a priori a los futuros héroes en la Guerra contra el Terrorismo (TM), sin importar las consecuencias. Así están las cosas en los Estados Unidos, en dónde proliferan las bombas de tiempo en la imaginación pública.

Para quienes leen inglés, recomiendo este ensayo de Belle Waring, así como esta pieza de John Quiggin.

3/16/2005

Viaje a la semilla, versión Vonnegut.

Hoy K. me ha hecho recordar uno de los pasajes más bellos de la novela Slaughterhouse Five (Matadero Cinco), de Kurt Vonnegut. El libro es una hermosa reflexión sobre la insensatez de la guerra, y está basado en las experiencias del autor como prisionero de guerra en Dresden, durante la II Guerra Mundial, desde dónde presenció el infame bombardeo que destruyó dicha ciudad. El personaje principal, Billy Pilgrim, es un jovencito ordinario que un día se desprende del hilo del tiempo, artificio que le permite al autor tejer una novela fragmentada, con múltiples saltos en esa cuarta dimensión de nuestra experiencia humana. He aquí una pequeña muestra de la pluma de Vonnegut.

Billy miró el reloj que había sobre la cocina de gas. Tenía que matar el tiempo durante una hora antes de que llegara el platillo. Se fue a la salita balanceando la botella como si fuera una campana, se sentó en una butaca y puso en marcha el televisor. Entonces, tras haberse aislado ligeramente del tiempo, vio la última película, primero al revés, de fin a principio, y luego otra vez en sentido normal. Era una película sobre la actuación de los bombarderos americanos durante la Segunda Guerra Mundial y sobre los valientes hombres que los tripulaban. Vista hacia atrás la historia era así:

Aviones americanos llenos de agujeros, de hombres heridos y de cadáveres, despegaban de espaldas en un aeródromo de Inglaterra. Al sobrevolar Francia se encontraban con aviones alemanes de combate que volaban hacia atrás, aspirando balas y trozos de metralla de algunos aviones y dotaciones. Lo mismo se repitió con algunos aviones americanos destrozados en tierra, que alzaron el vuelo hacia atrás y se unieron a la formación.

La formación volaba de espaldas hacia una ciudad alemana que era presa de las llamas. Cuando llegaron, los bombarderos abrieron sus portillones y merced a un milagroso magnetismo redujeron el fuego, concentrándolo en unos cilindros de acero que aspiraron hasta hacerlos entrar en sus entrañas. Los containers fueron almacenados con todo cuidado en hileras. Pero allí abajo, los alemanes también tenían sus propios inventos milagrosos, consistentes en largos tubos de acero que utilizaron para succionar más balas y trozos de metralla de los aviones y de sus tripulantes. Pero todavía quedaban algunos heridos americanos, y algunos de los aviones estaban en mal estado. A pesar de ello, al sobrevolar Francia aparecieron nuevos aviones alemanes que solucionaron el conflicto. Y todo el mundo estuvo de nuevo sano y salvo.

Cuando los bombarderos volvieron a sus bases, los cilindros de acero fueron sacados de sus estuches y devueltos en barcos a los Estados Unidos de América. Allí las fábricas funcionaban de día y de noche extrayendo el peligroso contenido de los recipientes. Lo conmovedor de la escena era que el trabajo lo realizaban, en su mayor parte, mujeres. Los minerales peligrosos eran enviados a especialistas que se encontraban en regiones lejanas. Su tarea consistía en enterrarlos y esconderlos bien para que así no volvieran a hacer daño a nadie.

Los pilotos americanos mudaron sus uniformes para convertirse en muchachos que asistían a las escuelas superiores. Y Hitler se transformó en niño, según dedujo Billy Pilgrim. En la película no estaba. Porque Billy extrapolaba. Y se imaginó que todos se volvían niños, que toda la humanidad, sin excepción, conspiraba biológicamente para producir dos criaturas perfectas llamadas Adán y Eva.

3/15/2005

Soy un pez suelto.

Confieso que en mi parecer, Ishmael, el personaje central de Moby Dick, es absolutamente insufrible. Se pasa las horas hablando de la biología de los cetáceos, pero no es ningún Jacques Cousteau. Cuando se aventura en la filosofía, Aristóteles y Platón se retuercen al unísono en la tumba. Cuando le da por entonar aires antropológicos, hasta el buen salvaje se ríe de su ingenuidad. Y hoy le ha dado, tras una breve e inexplicable disquisición sobre las virtudes de la frenología, por argumentar que toda teoría de la justicia se puede reducir a consideraciones sobre peces sueltos y pescados. Así, México es un pez suelto que Estados Unidos debería capturar, y el territorio norteamericano es un pescado en la posesión de la gentil nación que lo ocupa. Pero Ishamel no se conforma con incursionar en la jurisprudencia internacional, y concluye el capítulo con una observación casi memorable: "Y tú, lector, ¿qué eres sino un pez suelto?" A decir verdad, al paso que vamos, a Melville le costará mucho trabajo pescar la admiración de este pez, en cuya opinión el afamado clásico de la literatura norteamericana es el peor libro de cuantos ha leído en mucho tiempo.

3/13/2005

Mi marxiano favorito.

Y para seguir con el tema de las buenas nuevas, resulta que el inteligentísimo Scott Martens, viejo amigo virtual de quien he aprendido muchísimo durante mis largos años en el exilio, está en camino de ser papá.

Los espacios de Nakano tienen eliminación de cuantificadores.

En otras palabras: ¡Buenas noticias!

Mapa personalizado de los EEUU.

He aquí un ejercicio que parece estar de moda en la blogósfera.

Destaca los estados que has visitado, subraya los estados en que has vivido, y selecciona el estado en el que estás ahora:


Alabama / Alaska / Arizona / Arkansas / California / Colorado / Connecticut / Delaware / Florida / Georgia / Hawaii / Idaho / Illinois / Indiana / Iowa / Kansas / Kentucky / Louisiana / Maine / Maryland / Massachusetts / Michigan / Minnesota / Mississippi / Missouri / Montana / Nebraska / Nevada / New Hampshire / New Jersey / New Mexico / New York / North Carolina / North Dakota / Ohio / Oklahoma / Oregon / Pennsylvania / Rhode Island / South Carolina / South Dakota / Tennessee / Texas / Utah / Vermont / Virginia / Washington / West Virginia / Wisconsin / Wyoming / Washington D.C /

3/10/2005

¡Feliz cumpleaños!

Alejo, hermano. Me gustaría mucho estar en Guatemala para poder halarte las orejas y estrujarte el esqueleto. Mañana, tu día, prometo hacer algo divertido para honrar tu cumpleaños. Espero que pases un muy feliz día, y que con el tiempo adquieras las libertades que buscas. ¡Ánimo! Y un fuerte abrazo. Kim también te envía un fuerte abrazo, y te desea un lindo día.

Alivio.

¡Qué alivio saber que el hermanito ya está operado! El único consejo que le puedo dar es el siguiente: no se quitarse el yeso ni loco. Como diría Alejo (no Carpentier): ¡paciencia!

3/08/2005

Divertido experimento psicológico.

Este enlace muestra un vídeo de baloncesto diseñado para un experimento en psicología que ganó el premio Innoble del 2004. Al ver el vídeo, tratar de contar exactamente el número total de veces que las personas vestidas de blanco pasan la pelota. No contar los pases realizados por las personas vestidas de negro.

Luego leer este documento para una discusión sobre los resultados (en inglés). ¿Sorprendido?

3/07/2005

¿Carmen o Aída?

Ópera Verdi Europa está de visita en Urbana. A lo mejor convenzo a Dulcinea de ir a una de las dos presentaciones. ¿Carmen o Aída? ¿Qué diría tío David?

Nota posterior: Desafortunadamente, la oportunidad se nos escapó. (El director artístico era Ivan Kyurkchiev, nombre que a mí no me dice nada, pero que quizás al caro tío algo le diga.) Para juste de cuentas, el martes estuvo de visita la sinfónica de Praga (conductor: Petr Altrichter, pianista: Navah Perlman), tocando la sinfonía Praga de Mozart, y la sinfonía No. 6 en re menor, de Dvorak. ¡Qué lástima!

Oraciones genéricas.

Ariel Cohen ha escrito un libro muy interesante, basado en su disertación doctoral, en el que investiga las distintas convenciones lingüísticas que nos ayudan a descodificar los significados de las oraciones genéricas. A continuación, algunos ejemplos de oraciones genéricas, tomados de la introducción del libro:

  1. Los gatos son mamíferos.
  2. Los pájaros vuelan.
  3. El ornitorrinco pone huevos.
  4. Los búlgaros son buenos levantadores de pesas.
  5. El oso panda está en peligro de extinción.
  6. Las abejas son sexualmente estériles.
  7. Los números primos son impares.

Las oraciones (1) - (5) expresan verdades, no así las oraciones (6) y (7). ¿Qué decide el valor de verdad de cada una de ellas? La oración (1) es verdad para todos los gatos, la (2) para la mayoría de los pájaros, la (3) para la mayoría de las hembras de la especie, y la (4) para un subconjunto relativamente reducido de ciudadanos búlgaros. La oración (6) es falsa, a pesar de que la mayoría de las abejas son, efectivamente, sexualmente estériles. Y pese a que, con la excepción del 2, todos los primos son impares, la última oración es decididamente falsa.

Cohen desarrolla un marco teórico que da cuenta de las discrepancias de criterios utilizados para evaluar la veracidad de los distintos tipos de oraciones genéricas. Por supuesto, el truco está en que el significado de una oración genérica se evalúa con respecto a un conjunto de propiedades alternativas, y no en aislamiento. Así, la oración (3) no es acerca de la generalidad de los ornitorrincos, sino de las distintas formas de procreación, y por ende generaliza únicamente sobre el conjunto de los ornitorrincos que se procrean de una forma u otra (excluyendo infantes, hembras infértiles, machos, etc.)

A mí me interesa pensar más seriamente acerca de un subconjunto de las oraciones genéricas, a saber el tipo de generalizaciones (acerca de grupos humanos específicos) que la esfera pública acepta, celebra, tolera o proscribe. Al final de cuentas, los discursos de inclusión y exclusión social que adquieren prominencia en la esfera pública, están infestados de oraciones genéricas mucho menos placenteras que las arriba mencionadas, y mucho más difíciles de justificar como verdaderas. Tarea para quien quiera una hacer una disertación doctoral en la intersección entre la lingüística social y la sociología: desarrollar una teoría de la aceptabilidad social de enunciados sociales genéricos, tomando en cuenta lo que la lingüística nos dice acerca de la semántica de las oraciones genéricas.

3/06/2005

El número del autobús.


Recuerdo haber discutido este problema con mis hermanos la última vez que visité Xibalbá. Queda aquí registrado para la posteridad:

Juana y Jamie, genios de la matemática, conversan en un autobús.

Juana: "¿Tienes hijos?"
Jaime: "Sí. Cada uno de mis hijos es al menos 1 año de edad. La suma de sus edades es el número del autobús en que viajamos, y el producto de sus edades es mi edad."
Juana: "¡Ah! Se trata de un problema interesante. ¿Si me dices tu edad y cuántos hijos tienes, quizás yo podré establecer exactamente cuáles son las edades de tus hijos?"
Jaime: "Déjame pensar un momento. No, me temo que aún así no podrías deducir las edades de mis hijos."
Juana: "Ahora ya sé tu edad."

¿Cuál era el número del autobús?

3/04/2005

Ensalada de nectarinas.


Vía la muy simpática Teresa Nielsen Hayden, he aquí una receta decididamente exquisita.

4-6 nectarinas
1 cebolla roja grande
2 chiles pimientos
2 tomates razonablemente firmes
1 limón
vinagre balsámico
aceite (de preferencia aceite de avellana)
sal
pimienta negra
pimienta blanca
pimienta roja molida (opcional)
un poco de albahaca

Cortar las nectarinas en finas rodajas. Picar la cebolla. Cortar los chiles pimientos en tiras delgadas y no muy largas. Cortar los tomates en cubitos.

Sazonar generosamente con pimienta negra, más discretamente con pimienta blanca, e infinitesimalmente con pimienta roja picante.

Cortar el limón y exprimir el jugo sobre la ensalada. Sazonar con sal. Añadir 2-4 cucharaditas de vinagre balsámico. Añadir aceite al gusto. No olvidar la albahaca. Mezclar bien.

Dice Teresa que la ensalada se pone más sabrosa si se la deja en paz un par de horas, pero K. y yo siempre la comemos tan pronto terminamos de prepararla. También dice Teresa que combina muy bien con carne de cerdo, pero K. piensa que eso es una crueldad.

La mala pata de mi hermano.


La noticia de la inminente cirugía a que será sometido Antonio me ha dejado sumamente nervioso. Procuraré llamar por teléfono más tarde para indagar sobre el asunto. Cuando recibo malas noticias como éstas no puedo evitar experimentar el enorme peso de los arrepentimientos que albergo desde ha ya varios años. No hay caso. Al contemplar retrospectivamente las rutas y decisiones que he tomado, y compararlas con lo que pudo haber sido, me sobreviene la certeza de que éste es el peor de los dos mundos. La fantasía de vivir en Xibalbá, con K. por supuesto, en compañía de la mayoría de mis seres queridos en este planeta, me acecha con mayor vividez cuando el único consuelo imaginable, frente a los infortunios de los míos, es la proximidad física.

3/03/2005

Las preguntas de la Sole.


La pequeña Soledad le dice a su papá:
- ¿Verdad que la mitad es infinita?
La niña ha descubierto que la operación de dividir un objeto en dos partes iguales es infinitamente repetible. (Estas son viejas noticias, pero dignas de ser registradas en este sublime diario.)

Atrofia lingüística.


El ejercicio de la pluma virtual me ha hecho conciente de la pobreza de mi español. Estoy plenamente convencido de que, hoy por hoy, me es infinitamente más fácil escribir en inglés. ¡Quén fuera Pedro Miguel!

3/02/2005

Lilly Z.


K. está impartiendo clases de escritura en la universidad, y por alguna razón le ha dado por hacer leer a sus estudiantes el Ensayo sobre la Ceguera, de José Saramago. Yo no he leído el libro, mas recuerdo que a mamá no le gusto en lo absoluto. A K. sí le gusta el libro, sobre todo porque le da la oportunidad de hablar de Hobbes y Rousseau (a ella no le gusta divorciar la literatura de sus conexiones filosóficas o de su contexto cultural, histórico e ideológico), y porque la metáfora central es muy útil cuando se busca instigar a los estudiantes a cuestionar sus más ciegas certidumbres. El caso es que la cercanía de Saramago a mí siempre me hace recordar a Lilly Z., porque uno de mis más preciados tesoros es el maravilloso Evangelio según Jesucristo que Lilly Z. le regaló a mamá. Es curioso cómo la vida se encarga de generar asociaciones de ideas, por demás arbitrarias (pues no dudo que a Lilly Z. le resultaría extraño saberse recordada en asociación con el portugués), que nos permiten a los jóvenes cultivar viejos afectos.

De audio-libros y carreteras.


La carretera que comunica Decatur con Champaign es una línea recta trazada con pincel por la mano de un cirujano experto. El papel es blanco sólo por unos cuantos días en el invierno. La monotonía del paisaje sería insoportable de no ser por los audio-libros que escucho en el trayecto. He aquí la lista de los libros que he leído en los últimos meses:
  1. Anna Karenina, de León Tolstoi.
  2. A Tale of Two Cities, de Charles Dickens.
  3. Life of Pi, de Yann Martel.
  4. Jonathan Strange and Mr. Norrell, de Susanna Clarke.
  5. The Book of Illusions, de Paul Auster.
  6. Slaughterhouse Five, de Kurt Vonnegut.
  7. Ragtime, de E.L. Doctorow.
  8. The Blind Assassin, de Margaret Atwood.
  9. The Canterbury Tales, de Geoffrey Chaucer.
  10. El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, de Cide Hamete Benengeli.
En estos días escucho Moby Dick, de Herman Melville. Es por ello que las dos horas que la monotonía geométrica de la carretera le roba a mi día, lejos de producirme vejación y desánimo, son fuente incansable de deleite literario.

Que trata de la condición y el ejercicio de nuestro desconocido geómetra errante.


En un lugar sumamente lejos de La Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, en este instante vive y colea un joven geómetra, de los de compás en mano, mirada hiperbólica, entendimiento cartesiano y quijada angular. Emparedados de falafel a la hora del almuerzo, ensaladas de espinaca y aguacate por la noche, lentejas los viernes, algún plato exótico por añadidura los sábados, y desayunos pantagruélicos los domingos, consumen una minúscula parte de su atareado horario, y le confieren energía suficiente para los menesteres cotidianos. El resto de su día consiste en el ejercicio de la geometría en espacios con infinitas dimensiones, tarea que demanda no poca agudeza y persistencia, pero que, como la caballería errante y otras profesiones no menos distinguidas, suele acelerar el deterioro del buen juicio. Es así que nuestro geómetra errante discurre sus días combatiendo la rotundidad de estructuras monstruosas que, como los gigantes conjurados por los envidiosos encantadores Cide Hamete Benengeli y Miguel de Cervantes y Saavedra, acechan por doquier y sin piedad.